top of page

 BLOG

Search

The true cost

  • Writer: Iara Fabbro
    Iara Fabbro
  • Jun 11, 2018
  • 3 min read

Updated: Jun 18, 2018

Estas son las consecuencias dejadas por una de las industrias más contaminantes del mundo


La moda sí incomoda. Y mucho. Eso descubrió el documentalista Andrew Morgan una mañana en la que hojeaba The New York Times. La foto de la portada llamó su atención: dos niños de Bangladés que caminaban frente a un muro gigante cubierto de mensajes de reclamo por personas desaparecidas. El 24 de abril del 2013, el edificio de ocho pisos Rana Plaza, en las afueras de Daca, la capital, se derrumbó sobre los empleados de la fábrica textil que alojaba y que producía prendas para una treintena de marcas occidentales. Murieron alrededor de 1.100 personas y más de 2.000 resultaron heridas.

Desde ese momento, Morgan empezó a preguntarse de dónde venía su ropa y a interesarse por los perjuicios sociales, económicos, ambientales y psicológicos que provoca la moda, una industria que cada año genera más de 2,5 billones de dólares en utilidades. Su preocupación por el fenómeno conocido como 'fast fashion' quedó plasmada en el documental The True Cost (el verdadero costo)

“Hoy estamos maquilando más ropa, consumiendo más, usando más recursos y pagando menos que en cualquier otra época. Al mismo tiempo, hay unos estragos ambientales insostenibles y un récord de accidentes laborales en factorías”

En los 60, Estados Unidos producía el 95 por ciento de la ropa que consumía. Hoy, según las cifras reveladas en The True Cost, el 97 por ciento se encarga a países en desarrollo, como Bangladés, Camboya, Vietnam y Brasil.

“La conversación sobre este tema ha sido largamente aplazada, pero por los testimonios que recogí me he dado cuenta de que cada vez hay más gente incómoda con un sistema que hace más ricos a los ricos y más pobres a los pobres. Lo que se necesita hoy es un debate real sobre las alternativas, porque el sistema es contra natura y el planeta está pagando el precio”


Low cost


Las prácticas 'low cost' del textil también van ligadas a un mal psicológico que marca a la sociedad contemporánea: el consumismo. En las últimas dos décadas, la compra de ropa en Estados Unidos se multiplicó por seis. Hasta hace unos años, la moda se limitaba a dos temporadas, primavera-verano y otoño-invierno, pero ahora hay más, como la ‘crucero’, que busca llenar los supuestos entretiempos. “Esta dinámica conduce a mucha gente a sentirse continuamente descontenta y esa frustración es buena para el negocio. Pero al final del día tenemos que preguntarnos si vale la pena llenar un vacío psicológico yendo de compras”, subraya Morgan.


El especialista, que analiza en el documental los objetivos y valores de las sociedades materialistas, lleva dos décadas estudiando este tema. Su primera conclusión es que las personas que más se preocupan por consumir tienen un menor bienestar: “Aquellos que se rigen por el dinero, la imagen y el estatus, objetivos que espolea el capitalismo, experimentan una menor felicidad y satisfacción vital, más depresión y ansiedad y un surtido de otros males personales”.

Así mismo, son menos sociables. “Los propósitos materialistas se asocian con conductas menos empáticas y cooperativas, y más manipuladoras y competitivas”, comenta Kasser. Y la tercera conclusión a la que llegó es que los valores materiales están ligados a la despreocupación por la sostenibilidad ecológica, “de modo que este estilo de vida tiende a tener un efecto dañino sobre el planeta”.

Este post esta realizado a partir del documental sobre moda low cost ,the true cost de 2015, los fragmentos del texto pertenecen una nota realizada en

el diario El Tiempo .


 
 
 

Comments


© 2023 by Sasha Blake. Proudly created with Wix.com

bottom of page